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Municiones

.44 Special

Precisión y energía cerca del olvido

Autor: Mendez Rolando

Fecha publicación: 19/01/2005

Sábado o domingo por la tarde. El lugar es el café o cualquier otro espacio del polígono en donde los tiradores nos juntemos a conversar antes o después del tiro, lugar en donde lo usual es "mentir bastante" acerca de las excelentes cualidades balísticas del .22 Lr en la caza de ballenas azules. Preguntas que van y vienen, afirmaciones acertadas y completamente desmedidas también; en síntesis, lo usual.

Si alguien dice "45", todos lo asocian con el viejo cartucho de pistola y con la Colt, Sistema o Ballester. Si en cambio alguien dice "7.62", la primera asociación es el excelente 308 y el FAL.

Y si alguien menciona el "44", seguramente la asociación será con el Magnum de revólver, con el modelo 29 de Smith, o con Harry el Sucio. Algún tirador con unos años mas encima, o cualquier paisano que haya vivido un tiempo en el campo podrá asociarlo al venerable 44-40 y los popularmente conocidos "Uinches", en referencia a la carabina palanquera Winchester modelo 92 o 94.

Pero en contados lugares (y solo por pocos tiradores) la mención del 44 también será asociada con un cartucho no muy popular en nuestro país, por lo menos en estos tiempos, pero que ha sido un eslabón intermedio bastante importante en el desarrollo de lo que hoy conocemos como cartuchería moderna. Un cartucho que con casi 100 años de vida, y con antecesores mas que destacados no tiene nada que envidiarle a ningún desarrollo actual.

Que ha sido padre de un cartucho conocido tanto por los que estamos en esta actividad, como por aquellos que en su vida han disparado un arma.

Si bien este articulo trata sobre un cartucho en particular, en la sección de historia que sigue a esta introducción me permitiré describir detalles de algunos cartuchos en los que esta basado, porque estos detalles darán un poco de luz sobre el desarrollo de lo que hoy se conoce como cartuchería moderna.

Historia

La guerra civil norteamericana había terminado. Además de las terribles perdidas humanas y materiales, el legado de este conflicto fue el desarrollo de nuevos sistemas de armas y cartuchería. Para 1870 las fabricas de armas contaban con estos avances técnicos y con los recursos monetarios suficientes para lanzar nuevos productos, tanto al mercado civil, como la renovación del material existente hasta ese momento en el ámbito militar.

La ex fabrica de armas Volcanic Repeating Arms Co. ahora conocida por la unión de los apellidos de Horace Smith y Daniel Wesson lanza al mercado un revólver que reunía lo ultimo en diseño.

Por un lado la patente Rolling White que estos dos hombres habían adquirido (la compra de la misma patente había sido rechazada por un tal Samuel Colt mas de una década atrás) le permitía utilizar al arma un tambor cuyas recamaras estaban perforadas en toda su extensión. Al mismo tiempo el proceso de descarga y carga de las vainas metálicas vacías era mucho más rápido, merced al sistema de basculació del conjunto formado por la parte delantera del armazón, el caño unido al puente superior y el tambor.

Quien piense que lo que estoy describiendo aquí no es mas que un revólver de quebrar, o popularmente conocido en estos pagos como "lechucero" esta en lo cierto. Y quien piense que aquí estoy describiendo a un tambor común y corriente también esta en lo cierto. Pero hay que tener en cuenta que el diseño de un moderno revólver tal cual lo conocemos hoy en día no nació de la noche a la mañana, y que para la época en que este arma salió a la venta, su concepto era revolucionario.

Junto a este arma, la Smith Wesson diseña el cartucho que lo utilizara. De manera muy acertada, el nombre de este cartucho reúne dos características "marketineras" que contribuirían a su éxito. Al conocido sonido para los tiradores de aquella época de la palabra inglesa forty four (cuarenta y cuatro), se le sumó el nacionalismo de llamarlo también American (cuya traducción mas acertada para la idiosincrasia yanqui no es americano, sino norteamericano).

En la mente de los futuros compradores este nombre significaba que estaban ante algo que funcionaba tan bien como los viejos revólveres del calibre 44 de antaño, y al mismo tiempo era hecho en casa o "Made in Usa".

Pero el nuevo cartucho no solo tenia el nombre correcto. También reunía una característica de diseño que lo convertían en uno de los pioneros (o tal vez el primero, aunque no puedo afirmarlo) de lo que hoy conocemos como cartuchos modernos de fuego central.

La innovación que represento el American esta dada en que reemplazo al sistema de ignición de fuego anular, por un iniciador separado en el centro de la base de la vaina, logrando soportar mayores esfuerzos mecánicos.

De moderada velocidad, y con una respetable precisión, el American no solo atrajo la atención de las fuerzas armadas del norte, sino que su fama llegó hasta la Rusia Zarista.

El General ruso Alexander Gorloff fue comisionado por el Zar, para encabezar una comisión que adquiriera armamento portátil para su país. Gorloff conocía su oficio, y basándose en el American, diseña junto al personal de la Smith Wesson, un cartucho que mejora sensiblemente las prestaciones de su antecesor, denominándolo .44 Russian.

Hasta ese momento, para mantener unida a la punta con la vaina el método utilizado era una reducción en el diámetro en la ultima porción del futuro proyectil, y ahí es donde la vaina (que tenia el mismo diámetro que la punta), mediante un crimp mantenía al conjunto unido entre sí.

Tanto la parte de la punta en contacto con las estrías como las canaletas de lubricación necesaria para que la punta atraviese el caño estaba siempre en contacto con el medio ambiente, por lo tanto era pasible de dañarse y ensuciarse. Para tener una cabal idea de lo que trato de explicar basta con observar y desarmar a un cartucho del 22 lr, que es un buen ejemplo de este sistema.

El .44 Russian innovaba en el hecho de que una gran porción de la punta estaba inserta dentro de la vaina, por lo tanto la porción en contacto con las estrías de esta se encontraba protegida contra golpes y suciedad. Pero esto provocaba otro problema. Una punta de calibre .44 simplemente no entra en una vaina cuyo cuerpo tiene el mismo diámetro. Por lo tanto es necesario reducir el diámetro de la punta o bien ampliar el diámetro de la vaina.

En el caso del Russian, se adoptaron las dos soluciones. El diámetro de la vaina .44" ahora era .456", mientras que la punta redujo su diámetro a .427". Se alargo la vaina, se redujo la carga de propelente (pólvora negra por supuesto), y se aumento el peso de la punta. El sistema de ignición era de fuego central por lo tanto, con la excepción de la pólvora negra, el cartucho fue de los primeros junto al .45 Colt en contar con todas las características de un moderno y actual cartucho de arma corta.

Si bien el cartucho cumplía muy bien con los parámetros de velocidad y energía propios de los diseños de su época, lo que lo distinguía de todos ellos era su superlativa precisión. Junto a los Smith´s, con miras convencionales de tipo militar, el Russian se convirtió en el elegido por los tiradores de concurso, logrando marcas muy difíciles de superar aun hoy en día.

La fama de este sistema de armas no solo trascendió en Rusia. Nuestro país también adquirió para las fuerzas armadas, revólveres en sus ultimas variantes y en el mismo calibre. Yo no he tenido el placer de dispararlas, aunque si he podido empuñarlas y observarlas. No son armas pequeñas, y mi impresión personal al tenerla en la mano es de solidez y contundencia. Me atrevería a decir que en combate, cuando las municiones del tambor se agotan y no hay tiempo de recargar, puede oficiar tranquilamente como garrote rompe cabezas.

En el periodo de tiempo entre el lanzamiento del Russian y el Special se produjo la aparición de las mal llamadas "pólvoras sin humo", lo que modifico bastante el panorama de la cartuchería. Smith Wesson experimento y descubrió que el .44 Russian cargado con los nuevos propelentes perdía bastante sus prestaciones, y que para lograr las velocidades normales del cartucho había que someter a las armas y cartuchos a esfuerzos inaceptables.

Pinza de recarga marca Ideal, del año 1884, antecesora de las actuales prensas de banco, utilizadas para la recarga de calibres como el .44 Russian y Special.

Pinza de recarga marca Ideal, del año 1884, antecesora de las actuales prensas de banco, utilizadas para la recarga de calibres como el .44 Russian y Special

En 1907, el .44 Smith Wesson Special y el nuevo revólver que lo disparaba ven la luz, como un cartucho que mejoraba las prestaciones de su antecesor, utilizando propelentes de quemado progresivo. La solución que se adopto fue la misma que se uso con el American: alargar la vaina.

Y de nuevo volvemos a lo que he escrito líneas arriba. Las soluciones adoptadas por los diseñadores que parecen hoy en día tan comunes, y que se adoptaron con el .44 Magnum y el .357 Magnum, no nacieron de manera espontánea con estos últimos, sino que son el producto de años de probar y equivocarse hasta encontrar la mejor forma de lograr lo buscado.

Para esa época ya se conocía desde hacia mucho tiempo las ventajas que brindaba el sistema de tambor volcable hacia un lado de un armazón enterizo. Smith ya tenia en producción a un sistema soberbio representado por el modelo 10 en calibre .38 Special. Este arma poseía (y aun hoy en día posee) un sistema de traba de dos puntos.

Diferentes versiones de un mismo revolver de la Smith Wesson. De arriba hacia abajo: Modelo N°3 Army; Modelo American; Versión Schofield; Nuevo Modelo N°3; Modelo Frontier de doble acción.

Diferentes versiones de un mismo revolver de la Smith Wesson. De arriba hacia abajo: Modelo N°3 Army; Modelo American; Versión Schofield; Nuevo Modelo N°3; Modelo Frontier de doble acción.

Por detrás, un pequeño perno calzaba sobre el armazón; y por delante, sobre la parte inferior del caño existía una traba que actuaba sobre la varilla solidaria al tambor.

La mejora a este sistema consistió en agregar una nueva traba para el tambor, ubicada esta en el soporte pivotante que esta unido al tambor. Esta traba actuaba sobre una cuña ubicada en el material de la parte inferior del comienzo del caño. Por este motivo el arma recibió la denominación "triple lock".

Rápidamente el nuevo cartucho demostró de donde descendía, por la precisión que entregaba. Si bien no era tan preciso como su padre (lo cual es mucho decir), de todas maneras se mostró como uno de los calibres más precisos de ese momento.

El arma que lo disparaba estaba sobredimensionada para las exigencias mecánicas del Special. Esto proporciono a los recargadores y apasionados una plataforma sólida para experimentar.

Hacia mediados de la década de 1920, en los Estados Unidos la popularidad de este calibre era tal entre los recargadores, que se formo una especie de sociedad de recargadores del .44 Special, denominada por ellos mismos " The 44 Associates", los que mantenían comunicación personalmente, o bien por correo postal sobre los desarrollos obtenidos.

Uno de estos asociados fue el célebre Elmer Keith. Utilizando armas de Smith y de Colt, Keith comenzó a recargar al Special mejorando sus propiedades balísticas. Quien recargue actualmente, conocerá las clásicas puntas de revólver semi wadcutter. Estas no son mas que variantes de la punta desarrollada por Keith (y por ello estas puntas reciben el nombre de "tipo Keith") de 245 grains para el .44 Special.

En su afán por obtener cada vez mayores velocidades, las recargas de Keith y sus contemporáneos comenzaron a destruir revólveres, incluyendo a los originales triple cierre de la Smith y sus contemporáneos Colts, que si bien eran mucho fierro para el cartucho original, no lo eran tanto para las recargas de mayor presión de los asociados.

Con mucha temeridad, y también muchos recursos (llámese armas para experimentar y destruir) estos recargadores continuaron con sus experimentos. Pero todo tiene su limite, y por mas temeridad que tuvieran, estos personajes no estaban dispuestos a dejar alguna parte de su anatomía inservible. Para los primeros años de la década de 1950, los limites con las recargas calientes del .44 Special, ya se habían sobrepasado totalmente.

Con la bien ganada fama lograda durante años de experimentar y escribir, Elmer Keith tenia un acceso bastante fácil con los directivos de las fabricas de armas y cartuchos mas importante de su país. Keith se reunió con directivos de la Remington, a los que les presento los resultados de sus experimentos, y a grandes rasgos delinearon los aspectos fundamentales que debía poseer el nuevo cartucho. Este, se basaría en la vaina del .44 Special.

Se adoptó una solución similar a la tomada con los cartuchos que antecedieron a toda la familia .44: alargar la vaina para obtener el espacio necesario para albergar mas pólvora y para prevenir que esta pueda ingresar en los tambores de las armas equivocadas. Las puntas a utilizar serian las mismas que montaba el .44 Special hasta ese momento.

Una vez que se acordaron los principales parámetros para el nuevo cartucho, entre los directivos de Remington y Keith surgió una cuestión de importancia capital: Faltaba el arma que sería capaz de poder disparar a tal cartucho.

Lo primero que hizo Keith luego de finalizar la reunión con Remington fue entrevistarse con el presidente de la Smith Wesson, Carl Hellstron, quien se mostró muy interesado en tal propuesta. A partir de este momento, fines de 1953, ambas fabricas trabajaron en conjunto para desarrollar arma y cartucho.

Para resumir, toda esta historia termina en febrero de 1955 con el lanzamiento del .44 Remington Magnum al mercado, lo que convierte al .44 Special en el padre de uno de los cartuchos mas populares y potentes de arma corta de la actualidad.

Y tal vez aquí es donde el Special empieza a declinar en popularidad. Me inclino a pensar que a partir del lanzamiento de un cartucho que reúne gran parte de las características de su antecesor, pero que le suma el doble de potencia, los nuevos tiradores centraron la mirada en este, dejando al Special un tanto de lado.

El razonamiento que imagino se podría explicar con una pregunta: ¿Que sentido tiene comprar un arma .44 Special, que solo puede disparar un cartucho, si comprando un .44 Magnum puedo disparar ambos?

Esta tendencia al día de hoy se mantiene. Yo mismo pienso que si quisiera tener un arma en calibre 44 y no dispusiera de dinero para adquirir mas que una, mi decisión recaería en un 44 Magnum, porque así puedo disparar los dos.

Pero esto no significa que la muerte del .44 Special como cartucho comercial se acerca. A mí me parece que este cartucho junto al .45 Colt y al .45 Acp forman una trilogía que proveen el placer de disparar con cartuchos gruesos y potentes, sin por ello dejar el polígono con la sensación de haber recibido una paliza después de tirar 50 tiros de cargas full power de cualquier cartucho magnum de similar diámetro.

Por otro lado, una de las características mas destacables de este ingenio, su precisión, permanece intacta a lo largo del tiempo. Y quien desee practicar tiro de precisión, y guste de hacerlo con calibres gordos, no creo que encuentre otro calibre (con excepción del .44 Russian) capaz de darle tanto con un moderado retroceso para un calibre grande.

Características y prestaciones

Hoy en día puede decirse que hay cartuchos que entregan mejores prestaciones, o bien que con armas mas pequeñas, y con costos menores pueden lograrse las mismas o mayores prestaciones que las que entrega este casi centenario cartucho. Lo que no puede decirse es que los valores que este cartucho tiene para dar son obsoletos, en cuanto a energía, y mucho menos precisión.

Los primeros cartuchos utilizaban la clásica punta round nose de plomo de 246 grains de peso. Con el tiempo, se ha variado la forma de esta y hoy es muy común ver cartuchos cargados con puntas semi wadcutter, especialmente cuando se utiliza para tiro de precisión.

Desde un caño de 4" de largo, las primeras puntas volaban a unos 720 p/s, con una energía de 280 l/p. Pero con estas cargas, la presión de trabajo no lograba alcanzar los valores máximos establecidos para este calibre, que de por sí son muy bajos, estableciéndose en 15500 psi.

Prestaciones mas realistas y que aun así se encuentran dentro de los limites de presión establecidos por convención son valores de 850 p/s para la misma punta, lo que genera unas 390 l/p. Esto lo ubica con valores levemente superiores a un .45 Acp.

Analizando las tablas que Elmer Keith confeccionara en base a sus experiencias personales unos 75 años atrás, veo que superando las presiones de trabajo pero dentro de limites aceptables se pueden obtener prestaciones muy superiores a lo estándar y con un margen de seguridad muy amplio si se trabaja con los modernos revólveres de hoy en día.

Me refiero a que la misma punta que menciono anteriormente se acerque a los 1000 p/s, obteniéndose así una energía similar a la de un .357 Magnum estándar pero con una punta de mayor diámetro y peso. Estas no son las cargas máximas que Keith ha desarrollado, sino mas bien son las mas reducidas, dentro del segmento de cargas de alta presión.

Sin embargo creo muy acertado aclarar que el hecho de que yo diga esto no significa que el que quiera recargar cargas fuertes de este cartucho se base en lo que digo para hacerlo. Ni tampoco para echarme la culpa cuando algo no salga como estaba previsto (llámese un arma rota). Estas son impresiones mías, y no siento ser el poseedor de una palabra mas autorizada que la del personal técnico de SAAMI, para que cualquier recargador siga mis palabras al pie de la letra. Por lo tanto mi recomendación es que se siga al pie de la letra las sugerencias de los manuales de recarga, y cualquier aumento en los valores que estas dan quedara bajo la responsabilidad de quien lo haga.

Como cartucho de caza no lo considero adecuado mas que como arma de remate. Los valores de energía y trayectorias no lo dejan bien parado frente a otros cartuchos de mayor o menor edad. Sin ser un especialista en caza con arma corta, si tuviera que elegir, considero que existen otros cartuchos que yo elegiría para practicar esta modalidad deportiva.

En el terreno deportivo, el Special como cartucho para tiro de precisión sigue siendo uno de los mejores. Tal vez la principal desventaja con respecto a otros cartuchos que se destacan en este rubro como el .32 Special o el .38 Special sea el mayor retroceso que hay que tolerar.

Pero hay que tener en cuenta que este cartucho es de uso en revólveres, en donde no hay que tener en cuenta ningún sistema de recuperación automático, y por lo tanto, las cargas de velocidad reducida desde armas relativamente grandes y pesadas son perfectamente manejables.

Para tiro de esparcimiento, las cargas estándar combinan una precisión superlativa, sin la sensación de que lo que estamos disparando son "cebitas", dejándonos la impresión de que algo nos falta. Porque por mas baja velocidad que las puntas tengan, no dejan de ser pesadas, y eso hace que el arma se nos mueva de las manos.

Líneas arriba mencione una trilogía de cartuchos viejos y gruesos. En materia de cartuchos de defensa, considero que el Special y los otros dos diseños son de lo mejor que se puede encontrar hoy en día para este fin. Para alguien como ya que sigue pensando que el revólver es un arma mas que adecuada para la defensa de los civiles, los casi 11 mm de diámetro, los 240 grains de peso, y unos 850 p/s de velocidad son valores mas que suficientes como calibre parador de humanos.

Algunos exponentes antiguos y modernos de la familia de los 11 mm: De Izq. a derecha: Europeo no identificado; 11 mm. Frances de ordenanza; .44 Webley; .44 Winchester; .44 Colt; .44 Rem. Magnum; .44 SW Special; .44 Russian; .44 American y .44 Henry.

Con una punta de plomo blando que entregue estos valores sobre un cuerpo, no creo que se necesite mucho mas. Esto es particularmente importante en el caso de nuestro de nuestro país, en donde no esta permitido el uso de puntas deformables. Seguramente existirán personas que no concuerden conmigo en lo que afirmo. Bueno, los respeto. Cada uno de nosotros tendrá argumentos para sostener lo que piensa, y eso es excelente.

Hoy en día existe un excelente producto de la Smith Wesson, el modelo 696, dotado de un armazón mediano con un tambor de 5 cartuchos y un caño de 3", con cacha de goma redondeadas que combina un buen tamaño con este cartucho.

A mi criterio, lo considero uno de los mejores revólveres de defensa para un civil que se puede tener. Si tan solo tuviera miras fijas en vez de regulables, por lo menos para mí, seria el mejor. Disculpas por dejarme llevar por mi fanatismo.

La recarga

Al igual que el 32. Special o el .38 Special, el 44 no tiene secretos. Es un cartucho modelo, en donde se puede seguir el libro de pasos de recarga al pie de la letra para lograr resultados completamente satisfactorios. No tiene pasos complicados ni hay que prestar atención detallada a cuestiones especiales, que si se dan en otros diseños.

No creo que hoy en día existan juegos de dies específicos para este calibre. Y es que simplemente regulando adecuadamente el die para el .44 Magnum, este cartucho puede ser recargado sin problemas, de la misma manera que se lo puede hacer entre el .357 Magnum y el .38 Special, o entre el .32 Magnum y el .32 Special.

La vaina es un típico exponente de lo que es un cartucho diseñado para dispararse desde un revólver. De muy buena capacidad interior, de paredes rectas, con un generoso reborde. Se puede partir de vainas del .44 Magnum y recórtales su largo a 29. 47 mm, y a pesar de que las vainas del calibre magnum son mas robustas, las cantidades de propelente con que se alimenta el Special no requieren operaciones extra, como así tampoco se producen aumentos peligrosos de presión. Hoy en día no es muy común encontrar vainas cero disparo.

Algunos años atrás se podían ver vainas de este tipo marca Star Fire, y por el esfuerzo a que son sometidas puedo afirmar que con un poco de cuidado son eternas. Como en todos los cartuchos de este tipo, la parte de la vaina que antecede al reborde no es alcanzada en el proceso de recalibrado por el die. Y esto produce cartuchos que sobre esta porción mantienen la forma de la recamara del arma en donde fueron disparados. Desde el punto de vista operativo o balístico, esto no representa ningún tipo de problema, aunque para los puristas puede serlo desde el punto de vista estético.

Los primeros cartuchos utilizaban puntas de diámetro .427" (10.85 mm), y a lo largo del tiempo esta medida vario entre este ultimo valor y .429" (10.90mm), sin embargo puede decirse que actualmente el diámetro de punta se ha estandarizado, utilizando este ultimo.

Cualquier peso de punta que se utilice con el .44 Magnum puede ser utilizado por el Special, y el rango de pesos comprende desde los 180 grains a los 250 grains, aunque los pesos mas usuales están entre los 200 y 240 grains. Si bien se pueden usar cualquier punta que originalmente utiliza el .44 Magnum, no es de esperar que las puntas especialmente diseñadas para expandir lo hagan adecuadamente desde un cartucho como este.

Él porque de esto es simple. Nunca se podrán igualar las velocidades de un Magnum desde un Special. Y estas puntas están construidas para obtener resultados óptimos con velocidades de magnum. Sin embargo para probar, y si se cuenta con los recursos monetarios para hacerlo, no existen impedimentos técnicos que no permitan ser utilizadas. Con cargas de 900 p/s o menores el plomo o alguna aleación un poco mas dura funcionaran perfectamente. Las puntas fundidas mas baratas que se consiguen en nuestro medio (aleación, baño de teflón o cobreadas) son la opción mas interesante y la que mas se utiliza, gracias a nuestra economía.

Como en todo cartucho de gran diámetro, el fulminante a utilizar será el Large pistol. En la gran mayoría de las cargas, el tipo estándar será el que mejor prestaciones entregue. Algunas cargas que carguen propelentes de quemado lento tal vez puedan comportarse mejor con fulminantes magnum, pero cada recargador deberá experimentar en su arma en particular para descubrir si encuentra algún beneficio extra. En mi caso particular, ni con pólvoras lentas ni rápidas he visto mejoras usando fulminantes magnum.

Tomando prestada la frase de un colega recargador y escritor como yo, puedo decir que el .44 Special puede "recargarse hasta con yerba mate". Son pocos los cartuchos que conozco que son tan tolerantes a cualquier tipo y velocidad de quemado de propelente. Si lo que se busca es que una punta de 240 grains viaje a unos 800-850 p/s, esto se puede conseguir con los propelentes mas rápidos, como así también con los mas lentos.

Desde la F70 nacional, hasta la Alliant 2400, en el medio todo hace que el .44 Special camine. Quizás la combinación que representa no tener sistemas automáticos de extracción y alimentación que mover, junto a una preferencia de este cartucho por los propelentes de quemado medio de arma corta, hacen al Special el paraíso del recargador en materia de pólvoras. Aquel que este solo interesado en lograr las velocidades arriba mencionadas, lo lograra con cualquier pólvora nacional.

A la vaina le sobra lugar y fortaleza para albergar cualquier carga normal. Por lo menos en mi caso, con cualquier pólvora nacional siempre he conseguido buenas agrupaciones usando el Smith 696 que menciono arriba, pero es bueno reconocer que no es mi especialidad el tiro de precisión con arma corta.

Y si bien me parece que gran parte de la precisión se consigue merced a que el cartucho es de por si excelente en este ítem, estimo ( aunque nunca me he dedicado a experimentarlo ) que cuando se afirme un arma a un banco de tiro y se corrobore la precisión de las cargas, las pólvoras de quemado medio como la Unique, la Accurate 5, y un buen lote de nuestra UW2000 pueden entregar los mejores resultados.

Final

Como siempre me pasa cuando me siento a escribir, tratar de separar lo objetivo del sentimiento cuando me refiero a ciertos cartuchos me es difícil. Y mientras estuve escribiendo este articulo tuve el mismo problema. Es que la satisfacción que he experimentado en la recarga y el uso de un cartucho como este es tan subjetiva y difícil de cuantificar en términos definidos como un número o el resultado de una ecuación.

A veces al recargar uno sabe por experiencia que determinado cartucho tiene tal o cual maña, y actúa en consecuencia. Pero en el caso del .44 Special, no existen estos problemas. Simplemente los cartuchos terminados salen de la prensa y cuando los disparo en la línea de tiro siempre, pero siempre, pegan y me brindan un bonito retroceso sin cansarme. En definitiva, salgo del club satisfecho.

Es una lastima que la magnumanía, la fiebre del plástico, y la tendencia cada vez mas acentuada de cargadores de alta capacidad y potencia de fuego hayan hecho olvidar a cartuchos como este. Considero que todo lo que esta de moda hoy en día es digno de probar, pero esto no invalida de ninguna manera lo que pueden entregarnos viejos cartuchos como este, aunque sean utilizados desde armas conceptuadas erróneamente como obsoletas, o fuera de moda.

Aliento a que cada uno que lea estas líneas, busque la manera de disparar un revólver de este calibre, que se pare en la línea, ponga el blanco lejos y trate sistemáticamente de agrupar. Quizás cuando vea de lo que es capaz el Special, se contagie de por vida como yo de este cartucho.

Velocidades promedio de 5 disparos. Las cargas fueron disparadas desde un SW 696 con caño de 3" de largo.

Mendez Rolando

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