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Municiones

Los test balísticos en medios de prueba artificiales y su relación con la balística médico-legal - 1º parte

Revisión sobre los diferentes medios de pruebas utilizados para los test balísticos con armas portátiles, el valor de sus resultados y las deducciones sobre los efectos de su aplicación en el hombre

Autor: Vanzetti Oscar Enrique

Fecha publicación: 06/05/2009

I- Introducción

Diferentes materiales se han utilizado para estudiar la acción de los proyectiles de las armas de fuego portátiles, obteniéndose diversos resultados según fuera el medio de prueba empleado. Actualmente se prefiere usar a la gelatina balística a distintas concentraciones (10, 20 ó 30%), también llamada "tejido o medio simulado", ya que se supone que tiene una densidad y elasticidad parecida a los tejidos blandos humanos.

Se entiende por portátil a un arma de fuego cuando puede ser normalmente transportada y empleada por un hombre sin ayuda animal, mecánica o de otra persona (Ley de Armas 20.429/73 y su Decreto Reglamentario 395/75, artículo 3).

Realizadas las pruebas balísticas en este tejido simulado, se intenta, luego, transferir los resultados obtenidos al ser humano vivo, esperando encontrar alguna similitud en la reacción del organismo humano que se corresponda con los hallazgos en la gelatina. Aquí es donde nos adentramos al campo de acción de la Medicina Legal.

La Medicina Legal, también denominada Medicina Forense o Medicina Judiciaria, entre otros nombres, es una especialidad médica en la que se utilizan todos los conocimientos de la ciencia médica para el beneficio de la justicia. Puede decirse que es el punto de conexión entre el derecho y la medicina.

Con respecto al estudio de las lesiones y heridas por armas de fuego, es aquí donde comienza el campo de acción de la que se denomina Balística Médico-legal, la cual, es la parte de la Balística General estudiada por la Medicina Legal para comprobar, determinar y mensurar, científicamente, las alteraciones anátomo-fisiológicas y psico-biológicas en el ser humano vivo que es agredido por el proyectil de un arma de fuego, y también de las alteraciones funcionales de los tejidos que rodean su trayectoria, y en general, a todas las modificaciones que el traumatismo balístico origine (la herida).

En el cadáver humano, las lesiones son evidenciadas durante la autopsia médico-legal, con el objeto trascendente de aportar información que adquiera la calidad de pruebas fidedignas y relevantes para el proceso judicial.

Al ser la ciencia balística de carácter multi e interdisciplinario, va de suyo que necesita de la colaboración de otras ciencias. Es por ello que todo lo referente al estudio del arma y del cartucho o sus partes, ya sean hallados en el lugar del hecho o extraída (la bala) del cuerpo del herido o del cadáver, es competencia del Perito Balístico, que pertenece al campo de acción de la Criminalística, quien utiliza una metodología de trabajo y técnicas de naturaleza científica que le son propias, instituyéndose así en un importante soporte de la investigación judicial.

Es así que, una investigación científica con la participación de profesionales de las especialidades antes mencionadas, de forma conjunta y coordinada, posee las condiciones para comprobar con la mayor certeza la posible correlación entre los resultados de las pruebas balísticas obtenidas en diversos medios de prueba, incluidos los llamados tejidos blandos simulados, y la lesión y reacción de un ser humano vivo al ser agredido con el mismo tipo de proyectil y arma con que se disparó en la gelatina.

Antecedentes históricos

El estudio de los mecanismos y efectos de los proyectiles de las armas de fuego sobre el ser humano vivo se remonta muy lejos en el tiempo. En mi opinión, realmente el estudio científico de la hoy conocido como Balística Médico-legal, entre otros nombres, puede decirse que comenzó a tomar forma a finales del siglo XIX. Entre1875 y 1900 es Theodor Kocher quien lleva adelante investigaciones en este campo de la balística empleando el método científico. (1)

En 1887 se produce un descubrimiento científico que marcaría un hito para estas investigaciones, cuando Ernst Mach junto con Peter Salcher (2) estudiando las características de las ondas sonoras y su relación con la velocidad del sonido, logran fotografiar el proyectil de un arma de fuego en pleno vuelo, iniciando con este descubrimiento el origen de un procedimiento que hoy, con otra tecnología más sofisticada, se constituye en indispensable para el estudio de la balística de efectos, y marca de esa manera el inicio de un largo camino que llega hasta nuestros días. (Ver foto N° 1)

Foto N° 1: Foto tomada por Ernst Mach

Ya en el siglo XX, el año 1904 marca otro mojón en la investigación sobre los efectos de los proyectiles de armas de fuego portátiles en el ser humano. Ello ocurrió cuando el Brigadier General William Crozier (ascendido en 1901 al cargo de Jefe de Artillería del Ejército de los EE.UU. por el presidente Teodoro Roosevelt) designa el 6 de octubre de 1903 a dos oficiales para encabezar una comisión destinada a estudiar el poder de shock y capacidad de detención o "stopping power" de los numerosos cartuchos de armas cortas existente en esa época, como así también a las armas que los disparaban, a fin de que el ejército de los EE.UU. adoptara para sus hombres una nueva y eficiente arma corta de servicio.

Nace así la muy famosa "Comisión Thompson-LaGarde" (3) la cual, finalmente, el 18 de marzo de 1904 terminaría recomendando al calibre .45 como el más apto para ser utilizado en un arma corta militar. El Departamento de Guerra de ese país decide, el 28 de marzo de 1911, adoptar como arma reglamentaria de flanco a la muy moderna, para esa época, pistola automática Colt Modelo 1911, en el calibre .45 ACP. Quiero destacar que ambos, arma y cartucho, poseen hasta el día de hoy un gran arraigo entre tiradores y policías de casi todo el mundo, si bien fueran ambos reemplazados en el ejército de ese país el 14 de enero de 1985 por la pistola Beretta 92 F en calibre 9 mm Parabellum.

Para realizar este test, ambos oficiales pertenecientes al Ejército de los EE.UU., el Capitán John Taliafero Thompson del Cuerpo de Infantería y el Mayor Louis Anatole LaGarde, médico cirujano del Cuerpo Médico, utilizaron como medios de prueba bovinos vivos y cadáveres humanos.

Este estudio fue, y es, muy criticado por la poca o nula aplicación de una metodología científica, tal como se haría hoy en una investigación de ese tipo, y también por los medios de prueba utilizados, mencionados supra. Pero leyendo los informes con los resultados obtenidos de las diversas pruebas, y desde un punto de vista estrictamente médico, soy de la opinión de que dicho estudio fue lo suficientemente serio en ese aspecto. Prueba de ello es que LaGarde, en 1916, (4) es el primero en documentar las fracturas con forma de "alas de mariposa" en las diáfisis de huesos largos de cadáveres humanos.

Si tomamos en cuenta la tecnología existente en esa época y la comparamos con los criterios éticos, los medios científicos y técnicos especializados disponibles en el presente, pareciera que estamos separados de Thompson y LaGarde por años luz.

Otras criticas, y no menos serias, son las objeciones realizadas al traspolar los resultados obtenidos de los medios de prueba utilizados, al ser humano vivo. Serio problema que existe todavía hoy, y que motiva el presente estudio.

II- Objetivos

Objetivo general

1) Demostrar que variedad y tipo de materiales se pueden utilizar como medios de pruebas para comprobar la capacidad de penetración y destrucción de un proyectil de arma de fuego, especialmente de las denominadas cortas o de mano.

Objetivos particulares

1) Comprobar si, en general, existen diferencias en las características de los resultados que se obtienen con cada medio de prueba, mensurando el daño producido en el mismo

2) Comprobar si las características del proyectil, del arma utilizada para el disparo y la distancia desde la boca de fuego hasta el blanco (el medio de prueba), tienen importancia en las características del daño.

3) Determinar si existe algún medio de prueba que posea la elasticidad, densidad y resistencia que se aproxime o iguale a la que posee el tejido humano vivo.

4) Poder establecer si existe correlación entre el daño ocasionado al medio de prueba que simule tejidos blandos humanos y los producidos en los tejidos de un ser humano vivo.

5) Poder determinar si el daño en el medio de prueba simulado, traspolado a un ser humano vivo, puede servir para medir o predecir el poder incapacitante de una bala determinada, especialmente la de un arma corta.

III- Material y método

Método

Se utilizará una metodología de característica descriptiva, transversal y retrospectiva, con datos obtenidos de fuentes secundarias, utilizando una recopilación de publicaciones bibliográficas de bases teóricas y experimentales, seleccionando los temas con un detenido análisis documental.

Población

Se realiza la revisión y estudio de la documentación proveniente de 15 autores y de otras 4 publicaciones, todos relacionados con test realizados en distintos medios de pruebas a fin de estudiar la acción y capacidad de lesión de los proyectiles de armas de fuego portátiles.

IV- Resultados

De acuerdo a la presente investigación se observaron los datos que a continuación se exponen, de acuerdo a las variables en estudio:

Los medios de pruebas utilizados para realizar los test balísticos y, luego, poder aplicar los resultados de tales estudios al ser humano vivo, son numerosos y poder describirlos es una ardua tarea. Por ello utilizaré trabajos ya existentes al respecto y que, en mi opinión, cumplen acabadamente con el objetivo de aportar información con la suficiente seriedad, claridad y fundamentos.

Decía al respecto el experto médico Uruguayo Dr. Gonzalo Fernández (5): "Desde el punto de vista comparativo, es indudable que dichos tests (N del A: el de Thompson-LaGarde) permiten extraer conclusiones. Pero no tienen sino ese alcance limitado; cada uno de los efectos obtenidos con un proyectil no se homologa con lo que él es capaz de provocar en la realidad, especialmente cuando se consideran blancos humanos, como es el caso de las armas cortas".

"En efecto: no puede asimilarse el efecto de un proyectil sobre un cadáver, con el que causa en el ser vivo. No sólo cuentan la diferente consistencia, elasticidad, plasticidad y resistencia de los tejidos (mucho más cuando ellos han sido alterados por la fijación); sino la falta de las reacciones características de los tejidos vivos ante la agresión. La fragilidad ósea es por completo distinta en el cadáver y en el vivo. Y en el primero, ES IMPOSIBLE DEDUCIR LA REPERCUSION GENERAL DE LA AGRESION, que por otra parte, ES MUY VARIABLE, PARA UN MISMO ESTIMULO, DE UN SUJETO A OTRO siendo, además, distinta según factores existentes o no, [...]"...

"Por otra parte, la reacción de un animal ante una agresión súbita, no puede homologarse a la del ser humano. Es evidente que efectuando disparos con el .30 Luger, podrá ser necesario un número superior a 10 para abatir un bovino; pero bastaran 1 ó 2 para causar la muerte o graves trastornos en el hombre, aún cuando (como se dispuso en los tests), no se provoquen daños de ninguna estructura vital ni indispensable para la acción".

"Otros métodos han sido ensayados para juzgar la efectividad de los proyectiles. Se ha tratado de buscar materiales que ante el impacto, se comporten de modo similar a los tejidos animales vivos, sin haberlo conseguido hasta el momento".

"El jabón amarillo, ha sido utilizado por su densidad similar; pero por una parte, carece por completo de elasticidad, dando imágenes exageradas, tanto más cuanto que si la velocidad del proyectil es apreciable, sufre fragmentaciones y pérdidas de substancia que falsean el resultado. Su consistencia homogénea no se asemeja en absoluto a las de los tejidos y si bien el desplazamiento sufrido podría dar un idea del monto de energía liberado y la magnitud de la 'pulsación' dicha homogeneidad y la ausencia de elasticidad comprometen las deducciones, de tal modo que los aspectos evidenciados son siempre un múltiplo de lo que en realidad acontece. Sin tener en cuenta, por lo demás, que la densidad del jabón es muy variable con su contenido en agua y con la cantidad y tipo de materiales usados en su fabricación". (Ver foto N° 2)

"Hemos observado que, aún para lograr evidencias comparativas, es necesario tener en cuenta la relación que existe entre el espesor del bloc y el diámetro del proyectil; es preciso contar con una masa adecuada y con impactos bien ubicados para que el material ofrezca análoga resistencia en todos sus puntos. Panes de jabón con exagerado contenido en agua, magnifican aún las imágenes y experimentan pérdidas de substancia más apreciables en el impacto. Los tests deben efectuarse sobre bloques de la misma edad; y de ellos sólo debe pretenderse extraer un criterio comparativo entre la acción de los proyectiles ensayados".

Foto N° 2: Pan de jabón blanco, fresco. (Foto del autor). Izq: .22 LR marca CCI Mini-Mag punta hueca de 2,69 grs (Vo de 384 m/s). Der: .22 LR marca Stinger punta hueca de 2,1 grs (Vo de 499 m/s).

" La arcilla es pasible de análogas objeciones. Nosotros hemos ensayado la plasticina, que experimenta grandes pérdidas de substancia en el impacto. Algunos efectúan los disparos sobre planchas de plomo puro, que posee la ventaja de no perder substancias; del diámetro y profundidad de los conductos labrados, es posible deducir resultado comparativos, pero cada uno de ellos, muy lejano de la realidad".

"La gelatina al 30 % ha constituido otro de los materiales utilizados. El posee la ventaja de que, a parte de una consistencia si no análoga, similar a la de los tejidos, presenta elasticidad, gracias a la cual suministra resultados más equiparables a los reales. El impacto sobre bloques de gelatina ha podido ser fotografiado, poniéndose en evidencia la pulsación".

"Sin embargo, ninguno de estos materiales suministra resultados como los provistos por los tejidos vivos. Se ha recurrido al caucho, en cuyo espesor se disponen telas de distinta consistencia. Pero aún con este método, no es posible acercarse a la realidad, ya que la elasticidad del caucho es muy superior a la de los tejidos, y su plasticidad mucho menor".

"En cuanto a los tests efectuados en animales vivos, se acercan sin duda a la realidad en el hombre, en cuanto al efecto directo sobre los tejidos y las reacciones que en ellos tienen asiento. Pero debe tenerse presente que, según la especie considerada, la densidad de dichos tejidos es diferente, como también lo son las reacciones ante la agresión; la arquitectura de ciertos tejidos como el óseo es muy distinta a la observada en el hombre; y la repercusión general de la injuria es diferente".

Vanzetti Oscar Enrique

Médico Legista

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